¡Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé!
El caso es que tú estabas dentro de mí y yo fuera.
Y fuera te andaba buscando y, como un engendro de fealdad, me abalanzaba sobre la belleza de tus criaturas.
Tu estabas conmigo, pero yo no estaba contigo.
Me tenían prisionero lejos de ti aquellas cosas que, si no existieran en ti, serían algo inexistente.
Me llamaste, me gritaste, y desfondaste mi sordera.
Relampagueaste, resplandeciste, y tu resplandor disipó mi ceguera.
Exhalaste tus perfumes, respiré hondo y suspiro por ti.
Te he paladeado, y me muero de hambre y de sed.
Me has tocado, y ardo en deseos de tu paz.
Mostrando entradas con la etiqueta San Agustin. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta San Agustin. Mostrar todas las entradas
miércoles, 22 de septiembre de 2010
viernes, 30 de abril de 2010
Ama y haz lo que quieras ¡qué profunda expresión!

San Agustín:
Para hablar de San Agustín necesitaríamos de una enciclopedia completa, no sólo por su vida, sus obstáculos y sus respuestas y su obra misma, sino porque él mismo escribió una serie de libros y sermones muy inspiradores. Mencionaré aquí tan solo una pequeña frase de él: Ama y haz lo que quieras.
Ama y haz lo que quieras ¡qué profunda expresión! Si amamos podemos hacer lo que queramos ¿cómo está esto? En primer lugar a ¿quién hay que amar? "Amarás al Señor tu Dios..." Y en segundo lugar "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Si amamos a Dios, a mí y al prójimo, no buscamos el mal sino el bien. No encontramos vacío sino satisfacción divina. Si amamos le procuramos el bien a todos. Si amamos estamos en el camino correcto, en el camino que Dios nos ha trazado y que espera que elijamos. Si amamos podemos hacer lo que queramos, porque todo lo que queramos estará orientado por Dios. El ya nos ha dicho que hacer. El ya nos dió Sus Mandamientos. Ama y haz lo que quieras, que lo que quieras será siempre lo que Dios quiera.
Quod isti et istae potuerunt tu non poteris?
Lo que éstos y éstas pudieron ¿no lo podrás tú también? Todos podemos ser Santos. Este es el mensaje que nos dan todos los Santos.
San Agustín trataba de convertirse. Atraído por el ideal de santidad y de pureza que veía en el Cristianismo, quería llegar a él. Pero sentía en su carne la huella del pecado hecho ya hábito, y el ideal de pureza cristiana se le hacía inalcanzable. Pero al mismo tiempo veía desfilar ante sí la multitud de Santos. Y los veía niños, jóvenes, adultos y ancianos, lo mismo hombres que mujeres, lo mismo amas de casa que trabajadores de la construcción, lo mismo sacerdotes que campesinos, lo mismo maestras que profesionistas de las diversas áreas.
Todos estamos llamados a ser Santos.
Dios le llamaba, como nos llama a cada uno de nosotros. Y al igual que muchos de nosotros, estaba confundido. Su madre, Mónica (que también llegó a ser Santa) rezaba por él todos los días, durante muchos años, y derramando intensas lágrimas le pedía a Dios por la conversión de su hijo. Fue entonces, cuando iluminado por la gracia, Agustín cambió radicalmente su
vida, respondiendo así al llamado que Dios le hacía.
Y lo que San Agustín pudo ¿no lo podrás tú también?
Se relata en sus memorias que tiempo después de su conversión, cuando caminaba por una calle, unas muchachas le llamaban con insistencia 'Agustín, Agustín' le gritaban, '¿no nos reconoces? Somos las mismas'. Agustín se detuvo, volteó y les dijo: "En cierto que ustedes son las mismas, pero yo, ya no soy el mismo".
¿Eres débil? Ellos, los Santos, también lo fueron. ¿Te llegan tentaciones? También a ellos. ¿Has caído muchas veces? Quizá muchos de ellos también. ¿Te parece angosto el camino? El de ellos también. ¿Podrás ser Santo? Ellos pudieron. ¿Necesitas de la ayuda de Dios? Desde luego, ellos pudieron gracias a Dios. Pero Dios siempre nos ayuda, es sólo que a veces queremos hacerlo sin su ayuda y sin El nada podemos.
Quod isti et istae potuerunt tu non poteris?
Lo que éstos y éstas pudieron ¿no lo podrás tú también?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)